La Inteligencia de Valores

Descripción

Con un enfoque de psicología humanista y situándose en la frontera entre el ensayo divulgativo y el libro de crecimiento personal, el autor plantea en esta evolución más radical y sistémica de su anterior obra, La Dirección por Valores que, si queremos tener una vida, unas organizaciones y unas sociedades postcapitalistas más sanas y felices, ha llegado el momento de «serenarnos» (cultivar nuestro Ser) y de despertar nuestra consciencia para saber elegir y aplicar nuevos valores de forma inteligente. Siguiendo su modelo de tres ejes (modelo triaxial), no solo necesitamos «serenarnos» para saber elegir y aplicar más valores éticos, como la autenticidad, el agradecimiento o el amor compasivo, sino también más valores pragmáticos, como la simplicidad, la eficiencia o la coherencia de acción, y más valores emocionales generativos (poiéticos), como la alegría, la imaginación o la confianza en nosotros mismos y en los demás. El lema «¡SALUD y VALORES!» ) «El libro de Salvador García nos aporta una visión profunda sobre la que toda persona vinculada al mundo de la empresa debería la finalidad de la empresa no es ganar dinero, sino contribuir al bien social mediante la satisfacción de necesidades sensatas de los seres humanos, obteniendo una rentabilidad lícita por ello. Imprescindible».. «Salvador García no ha escrito un libro más; ha construido una caja de herramientas con alma, que te guía y te da vida. Sus páginas no se leen, te llegan y te llenan por dentro». «El nuevo libro de Salvador García nos regala, con mucha generosidad, diferentes experiencias de su vida, de su alma; y nos plantea un desafío vital para nuestro pleno desarrollo de “darse cuenta para tener en cuenta”. Las escuelas de negocio deberían recomendar esta Inteligencia de Valores a todos sus alumnos». «A medida que recorría las páginas de Inteligencia de Valores, la lectura se hacía más intensa, me sentía reflejado en un momento donde como directivo de empresa pensaba que me había convertido en un alma mercenaria que estaba condenada a morir gestionando problemas ficticios o incluso dejar que fueran ellos los que me quitasen la vida. He encontrado en estas páginas una nueva herramienta, un aire nuevo. Gracias por ilusionarme».