La esencia de la comunicación consiste en algo tan mágico como
trasladar una idea que existe en nuestra mente a la de otra persona.
Y si lo que queremos es persuadir a alguien, tenemos que hacer un
esfuerzo para lograr algo aún más parecido a la magia, que es conseguir
que ese pensamiento surja en la cabeza de nuestro interlocutor como
algo natural, sin que sea percibida cualquier intervención externa.
De esto trata este libro sorprendente en el que, aprovechando el legado
de algunos de los ilusionistas más prestigiosos se propone una serie de
prácticas que harán más efectiva la forma de comunicarse. Unas
prácticas que, en cierta manera, ya están aplicándose, aunque no
seamos conscientes de ello, en campos tan alejados de la magia como
puede ser, por ejemplo, la política.